La actividad metalúrgica continúa mostrando signos de debilidad, con un desempeño que se encuentra un 15% por debajo de los niveles históricos más altos. Si bien julio presentó un repunte interanual del 1,8% y un incremento mensual del 0,3% frente a junio, estos números no alcanzan para revertir la caída del 11,7% registrada en el mismo período del año anterior.
La utilización de la capacidad instalada permanece estancada en apenas el 45,2%, evidenciando la persistente fragilidad del sector.
Dentro del entramado metalúrgico, los subsectores estratégicos, como autopartes y Bienes de Capital, siguen mostrando caídas interanuales del 2,9% y 1,8% respectivamente, mientras que Maquinaria Agrícola y Carrocerías y Remolques experimentaron incrementos significativos de hasta 17,7%.
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Excluyendo estos sectores, la producción metalúrgica general revela una baja del 1% interanual, reflejando la falta de dinamismo en la industria en su conjunto.
El presidente de ADIMRA, Elio Del Re, explicó que la apertura indiscriminada al ingreso de maquinaria usada, sin criterios técnicos, erosiona la competitividad y genera pérdida de empleo local.
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Asimismo, destacó que aunque algunas provincias como Santa Fe (4,8%) y Entre Ríos (3,6%) muestran signos positivos por la actividad de maquinaria agrícola, otras como Mendoza (-4%), Córdoba (-2,4%) y Buenos Aires (-1,4%) presentan retrocesos preocupantes.
En términos de empleo, el sector metalúrgico registró una disminución interanual del 1,9% y una caída leve del 0,1% en comparación con junio, reflejando la dificultad para consolidar una recuperación sostenible.
A pesar de pequeños avances en ciertos segmentos, la industria enfrenta un escenario complejo, marcado por la baja productividad, la presión de las importaciones y la necesidad de políticas que fortalezcan la competitividad local y aseguren un desarrollo sustentable a mediano y largo plazo.
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