El amor entre Celeste Cid y Santiago Korovsky va viento en popa, pero eso no impide que la actriz saque a relucir su humor filoso y lo mande al frente en redes sociales. Esta vez, el blanco de su ironía fue el look con el que el director de División Palermo se presentó a su última cita: raquetero en mano, directo al Teatro Nacional Cervantes.
La pareja, luego de sus vacaciones europeas, fue a ver La Revista del Cervantes, una obra que homenajea los grandes espectáculos nacionales de antaño. Celeste fue la primera en llegar, elegante y lista para la función, pero se llevó una “sorpresa deportiva” cuando vio a su novio entrar… con bolso de tenis incluido.
“Ya se agrandó y cae a las citas con bolso y raqueta”, escribió entre risas en su cuenta de Instagram, junto a una foto donde se lo ve a Korovsky en plena sala teatral, cargando un imponente raquetero, como si estuviera más cerca del Buenos Aires Lawn Tennis que de un palco del Cervantes.
La imagen generó un revuelo inmediato entre sus seguidores, que no tardaron en recordar la famosa polémica de la mochila, cuando el año pasado, en una de las primeras salidas públicas de la pareja, Santiago también fue captado por los paparazzi con una mochila en la espalda.
Ese simple accesorio desató un acalorado debate en redes: ¿está bien ir a una cita con mochila? Lejos de ofenderse, Celeste abrazó la anécdota y hasta subió un posteo apoyando el look “casual” de su entonces flamante pareja: “Clase 1. Cómo caer a una primera cita. Por la tendencia de ayer, la primera clase va gratis”, escribió divertida.
Desde entonces, la pareja no deja de sumar momentos compartidos. Paseos, viajes por Europa, lanzamientos de series y mensajes públicos cargados de afecto confirman que el vínculo no solo es sólido, sino también muy divertido.
Recientemente, Celeste compartió una historia celebrando el estreno de la segunda temporada de División Palermo, halagando el talento de su pareja con un “Santi Korovsky, sos muy genial” y muchos emojis de corazón. Korovsky no se quedó atrás y respondió con un romántico: “La crítica que me importa”.